Muchas personas suelen apretar o rechinar los dientes, pero, como no son conscientes de ello, ni se imaginan que pueden estar sufriendo de Bruxismo. Este, es el nombre que recibe la acción involuntaria que se manifiesta de igual manera en niños y adultos, generalmente de día, aunque también por las noches, mientras duermen.
Fumar e ingerir alcohol, cafeína y algunos medicamentos anticonvulsivos y antidepresivos, propician su aparición. Igualmente, se le asocia con el estrés y la ansiedad. De hecho, se considera que el repunte de fracturas dentales que ha habido durante los últimos años, obedece a las alteraciones psicosociales inducidas por la pandemia.
Y es que el Bruxismo se trata de una disfunción en la articulación temporomandibular (ATM) que puede provocar, además de desgaste y fractura dental, dolores constantes de cabeza y cuello, así como molestias en los músculos faciales. Por eso, es importante abordar a tiempo este tipo de afecciones para evitar males mayores.
Si las personas que tienden a apretar los dientes se colocan frecuentemente hielo o compresas calientes sobre el área de la mandíbula, consiguen rápidamente que las fibras musculares presentes en la zona se desinflamen y, por ende, que la tensión y el dolor desaparezcan.
Quienes presentan un trastorno o alteración en la articulación temporomandibular, pueden optar por masajear la cara, el cuello y los hombros, para relajar los músculos y eliminar los puntos desencadenantes de dolor. La idea es hacer de los relajos faciales una costumbre.
El estiramiento de las articulaciones de la mandíbula ayuda a disminuir la rigidez muscular causante de los trastornos temporomandibulares y dolor orofacial. Para ello, la persona solo debe apoyar la punta de la lengua detrás de los dientes superiores delanteros y bajar la mandíbula inferior sin hacer ningún tipo de presión.
El Bruxismo ocasiona una contractura en los músculos temporales, maseteros y pterigoideos, similar a los espasmos que pueden producirse en otras zonas fibrosas del cuerpo. En ese sentido, las sesiones de fisioterapia, que incluyen ejercicios para la mandíbula, contribuyen de igual manera a reducir la tirantez.
Este dispositivo rígido, elaborado en acrílico bajo un concepto personalizado, está diseñado para que, cuando la persona apriete los dientes, su mandíbula se adelante y descienda, hasta colocarse en una posición de descarga que permita la relajación muscular. Al combinarse con los ejercicios para la mandíbula, se consiguen mejores resultados.
Indistintamente de la opción que se seleccione, un tratamiento efectivo del Bruxismo requiere la intervención de un especialista con conocimientos teóricos-clínicos.
Es por lo anterior, que la Facultad de Odontología de la Universidad Andrés Bello ofrece, a través de su Especialización en Trastornos Temporomandibulares y Dolor Orofacial, la posibilidad de formar cirujanos dentistas con competencias para prevenir, diagnosticar, tratar y hacer seguimiento a los TTM y DOF, desde un enfoque integral, fundado tanto en la evidencia científica como en la experiencia clínica.