El Magíster en Gestión y Administración Pública de la Universidad Andrés Bello (UNAB) responde a los desafíos actuales del sector público chileno, a través de la formación de profesionales capaces de liderar procesos de modernización, eficiencia y creación de valor público.
Para Vicente Abrigo, docente del programa, la gestión pública exige avanzar en tres grandes frentes:
“El magíster aborda estos desafíos entregando herramientas de economía pública, gestión por resultados, análisis costo-efectividad y gobernanza fiscal, permitiendo comprender el diseño, la implementación y la evaluación de políticas”, afirma el académico.
El Magíster en Gestión y Administración Pública se destaca por su enfoque que articula:
Este marco formativo fortalece competencias analíticas, normativas y de liderazgo.
“El énfasis en valor público, eficiencia, transparencia y orientación a resultados permite que los estudiantes combinen teoría con resolución de casos reales”, explica Abrigo.
Uno de los pilares fundamentales del magíster es la formación de profesionales capaces de liderar procesos de toma de decisiones informadas y orientadas al bienestar ciudadano.
Para ello, incorpora metodologías de:
“El programa permite fundamentar decisiones con datos y criterios normativos, reforzando además la comunicación estratégica y el liderazgo institucional”, destaca el docente.
La modernización del Estado es otro de los ejes centrales del magíster. Su malla curricular integra contenidos sobre:
“Se abordan modelos contemporáneos de gestión y enfoques que permiten repensar procesos públicos y avanzar hacia un Estado más ágil, transparente y centrado en las personas”, señala Abrigo.

Las y los egresados del Magíster en Gestión y Administración Pública pueden proyectarse en ministerios, gobiernos regionales, municipalidades, organismos autónomos y unidades de planificación, presupuesto, evaluación y modernización del Estado.
“Su aporte suele notarse en la mejora de procesos, en políticas más eficientes y en la generación de valor público en sus instituciones y territorios”, concluye Abrigo.