Las terapias de rehabilitación tradicionales entregan diferentes mecanismos para recuperar la función física, además de mejorar la movilidad y reducir el dolor después de una lesión, enfermedad o cirugía.
Sin embargo, actualmente existen distintas herramientas más humanistas para apoyar este proceso. ¿Cuáles son y dónde aprenderlas? Pues un Diplomado en Rehabilitación Integrativa puede ser la respuesta.
Para trabajar una rehabilitación integral es necesario que se utilicen distintos enfoques, técnicas y herramientas. Todo desde una perspectiva más humanista de la salud y el bienestar de la persona.
En ese sentido, la rehabilitación integrativa para terapias actuales tiene características clave:
Este último punto es muy importante. En general, los tratamientos tradicionales no están 100% enfocados en estas herramientas, las cuales abordan aspectos emocionales, sociales y psicológicos.
Estas técnicas se pueden adquirir en el Diplomado En Rehabilitación Integrativa, en donde se abordan las siguientes:
Esta técnica de meditación tiene como objetivo entrenar la mente para enfocar la atención y redireccionar los pensamientos. En el campo de la rehabilitación, ayuda en el manejo del estrés, la ansiedad, el dolor y el malestar emocional de las personas.
En términos de rehabilitación integral, podemos usar la Terapia de programación neurolingüística para establecer metas específicas de recuperación y promover cambios en la posición de los pacientes frente a su estado (por ejemplo, cambiar creencias negativas o limitantes que obstaculizan la recuperación).
Se basa en el uso de herramientas, técnicas y actividades musicales con fines terapéuticos o de apoyo en la rehabilitación integral.
En este tipo de terapia se utilizan canciones o ritmos que ayudan en la terapia de movilidad, logrando que el paciente, de una forma animada, pueda reducir su estrés y aumentar su motivación el momento de trabajar.
Incluyen los masajes terapéuticos, prácticas de relajación muscular progresiva, ejercicios de respiración y terapia de liberación miofascial. Todo con el propósito de aliviar el estrés asociado a la condición física y emocional después de una lesión o enfermedad.
Esta técnica logra potenciar en el paciente la conexión que tiene con su cuerpo, espíritu y mente. Además, es una buena alternativa para el trabajo de flexibilidad y equilibrio.
Su práctica puede obtener distintos beneficios en el proceso de rehabilitación, en especial en el fortalecimiento de músculos, mejora de la movilidad y reducción del estrés.
Ciertamente, trabajar con un enfoque más humanista en la terapia de rehabilitación es crucial hoy en día. Esto, porque coloca a la persona en el centro del proceso terapéutico.
Esto quiere decir que, más allá de centrarse en su recuperación física, reconoce la individualidad de cada paciente, sus experiencias, sus necesidades, emociones y potencial para avanzar en el proceso.
Además, fomenta la empatía y la conexión genuina con el paciente, creando un ambiente que también fomenta su bienestar emocional y lo ayuda a aceptar con éxito su nueva realidad.
Por ello, el Diplomado En Rehabilitación Integrativa dictado por UNAB, se centra en desarrollar en los profesionales ese enfoque humanista y los dota de conocimientos y habilidades para aplicar herramientas complementarias en los tratamientos terapéuticos.
Potencia tus conocimientos y especialízate hoy.