La kinesiología intensiva ha evolucionado sustancialmente en Chile, posicionando a este perfil profesional como un actor fundamental dentro de los equipos interdisciplinarios de cuidados intensivos.
Desde esta perspectiva, Felipe Castillo, director del Diplomado en Kinesiología y Rehabilitación en Unidad de Paciente Crítico de la Universidad Andrés Bello (UNAB), profundiza en los desafíos, avances e innovaciones que marcan el presente y futuro de esta especialidad.
“La participación del kinesiólogo en la Unidad de Pacientes Críticos (UPC) es esencial porque aporta una mirada funcional e integral centrada en el movimiento y la recuperación de la autonomía del paciente”, explica Felipe Castillo.
En ese sentido, su rol se ha consolidado gracias a estrategias de evaluación e intervención que impactan directamente en la protección y recuperación de la función cardiorrespiratoria y neuromuscular. “Su presencia en el equipo interdisciplinario permite una atención integral orientada a la prevención, protección, mantención y recuperación del funcionamiento humano, reduciendo la estadía hospitalaria, los costos y las complicaciones asociadas a la dismovilidad”, agrega.
La integración del kinesiólogo en la UPC ha cambiado profundamente en las últimas décadas. “Durante los años 80 y 90 la participación era acotada y principalmente reactiva, enfocada en procedimientos respiratorios. Hoy es un rol activo, autónomo y basado en protocolos de evaluación y tratamiento”, detalla el académico.
Si bien en países como Brasil y Argentina ya se cuenta con kinesiólogos en modalidad 24/7, en Chile aún falta una regulación ministerial que respalde esta integración como norma nacional. A esto se suman desafíos estructurales y organizacionales, como la falta de normativa que asegure cobertura continua y la sobrecarga asistencial. “Esto limita la continuidad del cuidado y repercute en la recuperación del paciente crítico”, advierte Castillo.
El profesional que trabaja en cuidados intensivos debe contar con una sólida formación técnica, clínica y ética. Entre ellas se encuentran:
Estas habilidades permiten un abordaje eficiente y coordinado que impacta directamente en la recuperación y calidad de vida del paciente crítico.

El futuro de la kinesiología intensiva en Chile apunta a su consolidación formal y académica. “Debe reconocerse ministerialmente como una especialidad, con cobertura 24/7 garantizada por normativa. La estandarización de competencias permitirá fortalecer la calidad y seguridad de la atención”, enfatiza Castillo.
En este escenario, las innovaciones tecnológicas jugarán un rol estratégico. El uso de inteligencia artificial en ventiladores mecánicos, sistemas de monitoreo en tiempo real, plataformas digitales de trazabilidad, simuladores de alta fidelidad y ultrasonografía funcional son algunas de las herramientas que transformarán la práctica.
“Estas tecnologías potenciarán el rol del kinesiólogo como analista fisiológico y actor clave en decisiones clínicas, consolidando su protagonismo dentro del equipo interdisciplinario”, concluye.
El Diplomado en Kinesiología y Rehabilitación en Unidad de Paciente Crítico de la UNAB entrega una formación avanzada y basada en evidencia para enfrentar los desafíos clínicos y organizacionales de este entorno altamente complejo.
Este programa está dirigido a profesionales que buscan fortalecer sus competencias técnicas y estratégicas en cuidados intensivos, aportando directamente a la mejora de la atención y recuperación de pacientes críticos en Chile.