La primera versión de este programa único permitirá a estudiantes facilitar el diseño de modelos de negocios circulares y de impacto. Avanza hacia una economía circular con el Diplomado en Circular Design Thinking.
Este programa es parte de la Facultad de Economía y Negocios y nació de una alianza entre la Universidad Andrés Bello (UNAB) con 3Vectores. Está dirigido por referentes internacionales en la materia, quienes han capacitado a miles de personas en todo el mundo. En Chile, no hay otro diplomado igual que ofrezca esta metodología.
¿Cuál es la principal necesidad que busca cubrir el Diplomado en Design Thinking?
Giselle: Vimos que los profesionales se acercaban a nosotros, a 3Vectores, para obtener el complemento que no les daba la universidad. Es decir, cómo poder meter el mundo de las metodologías de diseño, obviamente con un enfoque en nuevas economías. Hay muchas universidades que ya están dando estos contenidos, pero no sé si lo están bajando a las metodologías ágiles, al prototipo de diseño de modelo de negocios.
Luciana: Quisimos entregar metodologías centradas en el alumno, las competencias del futuro, con los desafíos que tenemos como humanidad que tienen que ver con la creatividad aplicada y puesta al servicio de los desafíos sociales y medioambientales.
Andrea: La metodología en sí fue una forma de abordar esos contenidos tan teóricos, que parecían tan alejados, y tratar de gamificarlos, de darles una forma mucho más intuitiva y cercana para poder trabajar sobre esos conceptos y aplicarlos de forma práctica.
“Esta metodología ha sido destacada por la Ellen Macarthur Foundation como una gran herramienta para bajar de la teoría a la práctica. Nosotros fuimos los primeros en hablar de modelos de negocios circulares, es decir, cómo sacarlo del lugar del reciclaje y llevarlo más arriba al lugar del modelado”, afirma Giselle Della Mea, Diseñadora, máster en Business Design por la Domus Academy de Milán, directora de la certificación, CEO y Founder de 3Vectores.
¿Cuál es la gran diferencia que ofrece este programa de la UNAB frente a otros que existen?
Giselle: El principal es el enfoque de diseño, pensamiento basado en patrones. La mayoría tiene estudios de casos, pero la diferencia de nuestro modelo es que tiene todo el conocimiento y experiencia sobre el proceso creativo y el design thinking, cómo está estructurado el modelo de aprendizaje para que el alumno realmente esté en etapas de divergencia, de convergencia, para que vaya aplicando de la teoría a la práctica, intercalando con lo teórico, porque al final eso es el proceso creativo: cómo vas incorporando conocimiento y poniéndolo en práctica.
“El enfoque lúdico que está centrado en el alumno. Es la misma empresa o el mismo estudiante el que descubre cómo es la forma de poder incorporar estas capacidades, de poder transformar los negocios. El enfoque directo y simplificado de los conceptos, de la teoría, es otro plus que tiene este programa en la UNAB. Es un diplomado muy vanguardista”, agrega Lucila Mitjavila, Directora Ejecutiva del Hub de Desarrollo Sostenible y de Educación Continua, Facultad de Economía y Negocios, UNAB, docente y facilitadora certificada de Circular Design Thinking™.
El Diplomado en Circular Design Thinking es un programa en formato 100% online y que tiene una duración de 8 meses. “Es un programa, como lo denominamos, totalmente agnóstico de industrias. Se adapta muy bien a distintos tipos de miradas e incluso territorios”, asegura Andrea Pérez Rodríguez, Master de Innovación en el Diseño de Servicios por Ravensbourne University London & University of the Arts London, co-creadora de Circular Design Thinking™.
¿Cuál es el perfil profesional que se vería más beneficiado con este diplomado?
Andrea: Los perfiles son varios, pero puede estar enfocado a tres grandes públicos: primero, a formadores y docentes que necesitan llevar de forma práctica el concepto de economía circular a sus estudiantes; segundo, los consultores que es un perfil muy diverso también, ya que va desde ingenieros ambientales, comerciales, civiles, pero también biólogos, economistas, antropólogos, abogados, sociólogos, arquitectos, entre otros. Y tercero, emprendedores e intraemprendedores, personas que están testeando la economía circular para sus modelos de negocio, reformulándolos o comenzando de cero.
“Hay un tema financiero que tiene que ser puesto en la macroeconomía de un gobierno para que derrame a fraccionar grandes industrias. Es una cuestión de visión de país a largo plazo. Hoy se entiende como algo muy voluntario, innovador en algunos casos aislados”, asegura Giselle Della Mea sobre la realidad nacional en torno a la transformación de los negocios hacia una economía circular.
¿Cómo evalúan el estado de la economía circular en Chile y qué desafíos enfrenta para aplicarse a gran escala?
Giselle: Yo creo que Chile, Uruguay, han hablado mucho del «qué», han dado muchas pistas del «cómo», también se entiende el «para qué», el tema es que no logramos todavía pegar el salto cualitativo y creo que es porque nosotros no estamos mirando quién es el que da ese gran click que realmente provoca el cambio sistémico; es el Estado, es la academia o son dos o tres industrias implementando algo pequeño al inicio.
Luciana: en el caso de Chile, hay una normativa que empuja esta transformación, es un compromiso país, que viene gradualmente avanzando. Está el desafío de cómo aplicar la circularidad a las diferentes industrias que empiezan a tener exigencias y necesitan las capacidades. Por eso, el Diplomado en Circular Design Thinking es una gran oportunidad para generar esas capacidades, ya que la necesidad de cambios en los procesos productivos es grande. Tenemos una gran oportunidad de formar profesionales, ya que estas capacidades ya son necesitadas.
Andrea: lo que está más costando es todo aquello que tiene que ver con la circularidad de recursos sin reciclaje de por medio: la servitización. Es un cambio de mentalidad a como estamos acostumbrado a entender los servicios. Esto transforma toda la cadena de valor, ya que pasan de ser un retail a un proveedor de servicios.
Esta metodología tiene más de 35 mil descargas en su versión free (que es una parte), de 135 países. Más de 20 mil personas han pasado por la experiencia entre ejecutivos de Corfo, funcionarios públicos de Perú, Guatemala, Ecuador, Uruguay, Chile, Paraguay, entre otros. Además, hay 100 personas certificadas que están situadas en 20 países de Latinoamérica, entre ellos Chile, lugar donde está la mayor cantidad de facilitadores.
Giselle, en este traspaso de la metodología, ¿hay alguna experiencia que recuerden de manera especial?
Una de las que más nos gustó fue gestionar por más de 3 años la Escuela de Economía Circular de ENEL. En tres ediciones, pasaron 100 empleados de esta organización y ellos tenían que llegar a prototipos de modelos de negocio circulares y uno de ellos ganaba: fue una plataforma para la venta de paneles solares en desuso, y la institución tenía que decidir si iba a invertir o no en ese prototipo. Eso fue muy bueno porque apoyó al Laboratorio de Innovación de ENEL. En lugar de indagar qué negocio innovador llevar adelante, tuvo como a 300 colaboradores en posibles proyectos de circularidad dentro de la misma organización.
“La UNAB es una universidad que tiene un foco, un compromiso en la sostenibilidad. Ya tiene una gran trayectoria que ha sido reconocida por rankings internacionales”, señala Luciana Mitjavila sobre las ventajas de estudiar y adquirir herramientas sobre economía circular en la UNAB.
¿Qué otras ventajas entrega la universidad?
Luciana: Es una institución vanguardista que ha declarado su carbono neutralidad al 2038, entonces es muy consistente esto con su propuesta de valor. Y también trae esta mirada multidisciplinaria, donde las diferentes disciplinas pueden transformarse y aportar ese conocimiento asociado a la ciencia con la transformación de los negocios. Y esta metodología tiene muchos componentes: tecnología, la capacidad de estar disponible para todos y también la disrupción, es decir, la capacidad de poder transformar o mirar la educación con herramientas distintas que son una innovación, y eso es lo que buscamos como institución.